lunes, 7 de septiembre de 2009

El estrespostvacacional

Las principales personas que lo sufren son los perfeccionistas y los inseguros, pero el estrespostvacacional se supera en tres días. Estas personas lo sufren porque les cuesta adaptase a la nueva rutina después del verano y de las vacaciones. Lo bueno es que, según los expertos, desaparece a los tres días. Una buena noticia para las personas que lo sufren.
Los principales síntomas del estrespostvacacional son los siguientes: na pequeña depresión, irritabilidad, falta de concentración, sensación de angustia y una serie de trastornos físicos, como dolor de cabeza y musculares, alteraciones digestivas, pérdida de apetito, fatiga, cansancio, insomnio, bajada de tensión y, en consecuencia y menor rendimiento, según ha dicho el psicólogo Ricardo Ros.
Ros, sin embargo, ha dicho que "el síndrome postvacacional en realidad no existe: es un invento de los psicólogos para darle un nombre a algo que antes se llamaba sencillamente pereza", derivada de la dificultar que tienen los seres humanos por general de adaptarse a los cambios, del tipo que sean. "Al 60 ó 70 por ciento de las personas les cuesta un poco adaptarse a la rutina después de estar de vacaciones durante un mes, pero normalmente en un día, dos o tres todos nos adaptamos".
Cuando pasan tres semanas y la persona sigue sin adaptarse, según Ricardo, empieza a ser un problema. "Ahí se debería ir a un especialista". Los oficios en los que más sucede esto son: policías, enfermeras y los maestros, que, además, son los profesiones que tienen mas meses de vacaciones. Básicamente, con los que se trata gente. "Por acumular guardias o por el calendario escolar". Esto se agrava a que, en sus oficios, las personas tienen que tratar problemas graves. Esto supone un cambio algo brusco para el resto. "De hecho, este tipo de profesiones tiene un índice mucho mas alto de abandono después del periodo vacacional".
EL DIA ANTES DE VOLVER A TRABAJAR
El psicólogo que dije anteriormente, recomienda "no volver de vacaciones el día anterior de empezar el trabajo sino un par de días antes; no intentar adelantar todo lo que no se ha hecho durante un mes y darse tiempo para ponerse al día, e ir adaptándose a los ritmos de sueño y hábitos de comida, para poco a poco ir recobrando la actividad rutinaria".
También recomienda que no es conveniente hablar en exceso con la familia de las vacaciones. "Porque eso hace que se mantenga en la mente con constancia una historia que ya ha terminado. Por el contrario, "hay que pensar en el futuro, hacer planes para el siguiente fin de semana, ilusionarse con algo nuevo y recuperar el ocio de la vida normal", incluso ocupar la mente en las vacaciones del otro año.
Otra de las cosas por las que puede aparecer el síndrome es con la motivación y el grado de satisfacción que proporciona el trabajo. "Si estamos muy a gusto no nos cuesta volver porque tenemos muchas ideas para llevar a cabo, pero enfrentarse a una obligación por no tener otro remedio se hace mucho más duro".
Además, nosotros, los niños, también lo podemos padecer. "En los primeros días de clase también lo pasan mal. Después de dos meses de vacaciones les cuesta adaptarse, aunque si están a gusto en la escuela están deseando volver a ver a sus compañeros y regresar a la rutina", señaló el experto.

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