viernes, 25 de febrero de 2011

Ciclismo y atletismo: dos deportes casi iguales


Soy practicante (aunque este año las salidas en bici están siendo escasas, una cada dos semanas, más o menos) de ciclismo y atletismo, unos deportes que me atraen mucho, y en los que estoy (o eso creo) bastante puesto al día. Este año llevo corriendo 232 kilómetros (corro cinco días a la semana cuando salgo en bici, seis si no salgo en bici), y en bici, 233 kilómetros. Pero ahora no os voy a contar mis penas sobre la bici ni sobre las zapatillas (respecto a las zapatillas tengo que escribir un artículo, puede que mañana, si tengo tiempo, lo ponga). Yo ahoa quiero hablar sobre lo siguiente: en qué aspectos encuentro parecido el ciclismo y en qué aspectos el atletismo. Evidentemente, no es la misma forma la de un deporte que la de otro. Me explico: yo hago atletismo, pero compito, mientras que en ciclismo no compito (aunque me pico hasta con el carrito de los helados), hago salidas en bici de unos 30 kilómetros (como dije arriba, de cada dos semanas, salgo una vez).
Bueno, pues vamos a comenzar. Una e las cosas en las que más notado diferencia es que, desde que practico atletismo, tengo más y mejor forma física, tanto corriendo como sobre la bicicleta. Eso no me ocurre sólo a mí, mi entrenador también comenta eso. Él fue corredor de pruebas desde 5 kilómetros hasta maratón (42,195) y, cuando estaba fuera de temporada, solía salir con otros atletas zamoranos (Agustín, "Lete", Cabañas...) y sé que algún día se llegaron a hacer siete horas seguidas, y a un paso buenísimo.
Eso se nota cuando llevas haciendo unos meses carrera a pie. También he notado mucha diferencia en que, la carrera a pie, en contra del ciclismo, es un deporte más propicio a las lesiones que el ciclismo. Vale, un ciclista puede tener lesiones, eso lo sabemos todos, pero un atleta las puede tener más a menudo (si no contamos las caídas). Por lo general, lo que más problemas da son las rodillas, al igual que en el ciclismo. Es común ver a atletas con desgaste de rodillas o desgaste de cartílagos. En ciclismo esto también pasa, pero creo que en menor medida.
Y ahora viene una cosa que siempre trae mucha cola: la dureza. Posiblemente, y como me dijo Tino Zaballa, entre una etapa de transición del Tour de Francia y una maratón, los 42,195 kilómetros se llevan la palma. Creo que están igualados en pruebas de ultrafondo. Ahora bien, cuando hablamos de personas que hacen como aquel de la Quebrantahuesos, seguro que el ciclismo es más duro.

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