lunes, 27 de febrero de 2012

Crónica del Trofeo Caja Rural-Memorial Ángel González



Ayer se celebró en Salamanca el Trofeo Caja Rural-Memorial Ángel González, prueba que corro por tercer año consecutivo. Este año no se hizo prueba Absoluta, como otros años, tan solo desde la categoría Benjamín hasta Cadete, tanto masculino como femenino.
A éso de las 10:00 de la mañana estábamos en el Prado Panaderos, al lado del Helmántico. Nada más llegar, fuí a recoger el dorsal, y así poder olvidarme ya de él. Una vez que lo tuve puesto, vimos el recorrido de 700 metros que la organización estaba aún preparando, y fuimos a ver un poquitín (apenas tres minutos) de un partido de niños pequeños que se estaba jugando al lado del Helmántico y, como no podía ser de otra forma, las pistas de atletismo de allí, donde se ha batido algún récord. Solo las pudimos ver desde fuera, puesto que estaban cerradas. Volvimos al circuito y, al cabo de un rato, llegó la familia que me iba a ver correr. Había que hacerlo bien.
Hasta las 11:55 no me puse a calentar. Entre unas cosas y otras, estuve casi 20 minutos rodando, con algún que otro sprint por algún caminito que encontré. A éso de las 12:20 ya estaba en línea de salida. Venga a hacer salidas cortas, relativamente intensas, como el resto de los atletas. Ya, cuando apenas faltaban tres minutos, me coloco en un lateral de la salida, pero no me gusta, así que empiezo a buscar algún otro lado para salir. Aún tenía tiempo. Me puse al otro lado, donde estaba mi tío. Nos hicimos una foto todos juntos (supongo que para el periódico) y se dio el pistoletazo de salida. Fuí capaz de meterme en el grupo delantero. En los primeros metros iba adelante, "en primera fila", buscando un sitio para poder meterme de forma decente. Saltaron dos atletas, con buen paso. Una vez que los hubimos neutralizado, aguanté un poco en el grupo cabecero, pero decidí apretar. Conmigo, un poco más atrás, se vino otro atleta salmantino. "Si matengo la distancia, con algún cambio de ritmo, a lo mejor puedo ganar", pensaba. En un paso por meta así lo hice, y conseguí sacarle algo de sitancia. Lo conseguí hacer alguna otra vez. Me cogió. Me pareció buena idea pegarme a él, para que me llevara y poder recuperar mientras él se daba la paliza. Pero no solo iba como un tiro, sino que me dio más paliza de la que ya llevaba yo encima. Cuando pasamos la última vez por meta, me pegó un apretón como pocos y me dejó allí, sufriendo. A partir de ahí, con algo menos de 700 metros, tenía que plantear la carrera de otra forma, para que los corredores de atrás no me cogieran. El entrenador del Vino Toro daba las instrucciones para que los corredores de su equipo me dieran caza. Mi padre, a falta de 300 metros (aproximados) me dio una voz diciéndome que me cogían, así que a tope hasta el final. Al primero lo seguía viendo, iba algunos metros por delante, era imposible cogerlo. Al final, por fín, llegué a meta, con un tiempo de 8'59" sobre un recorrido de 2800 metros, a 3:13 min/km. El primero y yo nos dimos la mano. En cuanto llegó el tercero, también se la dimos. Tras ésto, nos llamaron para hacernos una foto. Pero, antes, una pequeña conversación con los abuelos y mi tío, que me comentó que el ganador de mi categoría era el 6º clasificado en el Nacional. Tras la foto, me puse la chaqueta de mi padre (la mía estaba en el coche, y la de mi padre me quedaba enorme) y, mientras esperábamos a la entrega de trofeos, comentaba la jugada con la familia. "Si es que, Alejandro, tienes una manía de ponerte a tirar de todos", me decía mi tío. Desde luego, lo mío no es la estrategia de salida.
Se comenzó con la entrega de trofeos, por las categorías de los menores y se fue subiendo hasta los Cadetes. Este año, a diferencia de otros años, creo que ha estado mejor, y tan solo han subido los tres primeros de cada categoría (otros años eran los 10 primeros clasificados). Cuando nos avisaron a los Cadetes, ya estábamos preparados. Menudo momento más bonito: en el podio, como segundo clasificado en una prueba que siempre me ha encantado correr, desde mi debut, cuando quedé 5º, el año pasado, 3º y este año, 2º. Como anécdota, os puedo contar que, para colgarnos la medalla y hacernos la foto, el primero y yo nos tuvimos que bajar del podio, éramos los dos muy altos.

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