miércoles, 26 de septiembre de 2012

Fermín y un Cacho de las Olimpiadas


Aprovechando que estamos en año oímpico, voy a rememorar un hecho immportante para nuestro atletismo.
En 1992 los Juegos se celebraron en Barcelona. Tras luchar en diferentes pruebas de semifinales y parecido, Fermín Cacho aparecía como una de las principales bazas para el 1500 olímpico. Se dio la salida y el de Ágreda no se movía de la calle 1, de la cuerda que se suele decir, seguía una líena fija durante todas las vueltas, yendo entre los 3-4 primeros puestos. Todo indicaba a que, si no se movía, le cerrarían, quitandole la opción a victoria... o incluso a podio. Los corredores avanzaban, pasando por el 1000 en menos de 2'40". Ya solo faltaban 500 metros para la meta y ya comenzaban los movimoentos fuertes de los primeros clasificados, aunque sería a falta de unos 200 metros cuando realmente comenzó la lucha. En el 400 los dos primeros clasificados aumentaban el ritmo muchísimo, mientras el resto intetaba seguirles. Pero un error táctico de un atleta, que se abrió un poco en la última curva, propició el hecho de que Cacho aumentara el ritmo, arriesgando en esos últimos 200 metros su victoria olímpica. A falta de unos 50 metros para la llegada, todos los españoles se levantaban (y pongo el verbo así, pues algunos aún no habíamos nacido) del asiento, festejando con él la victoria. El encargado de la megafonía diría bien alto el nombre: "Fermín Cacho", mientras él daba unos cuantos saltos de alegría.

Fermín Cacho con los brazos en alto, saliendo victorioso
del 1500 olímpico en Barcelona, en el 1992.
Y ahora hago una pregunta: ¿Por qué hablo yo sobre Fermín Cacho? Creo que fue algo de mucha importancia para el atletismo y seguro que me sirve de ejemplo para hablar de los corredores olímpicos, de su trabajo y su entrega hacia el deporte que aman y al que, en el caso de los Juegos, se dedican profesionalmente.
Cuando vemos a un corredor, llámese Fermín Cacho, Fabián Roncero, Martín Fiz, Abel Antón, Juan Carlos Higuero o Chema Martínez. Pensamos: ¡"Qué buenos son, cuántos logros tienen en sus palmarés!" Cierto. Pero, ¿nos planteamos las horas de entrenamiento y el sacrificio y la entrega que llevan a sus espaldas... y en sus piernas? ya he hablado de esto en el blog, pero voy a seguir haciéndolo.
Creo que en muchas ocaisones debemos valorara la ilusión, el trabajo diario, la motivación y algún otro aspecto que hace que los atletas y ciclistas (por poner un ejemplo y sin menospreciar a otros deportistas) son capaces de ganarse la vida corriendo maratones en menos de 2h07', 10 kilómetros en 27', subir el Tourmalet a velocidades de vértigo a lomos de una bici... Muchas personas solo se fijan en tal o cual victoria, y no todo en el mundo del deporte son trofeos de ganador.
Ahora vuelvo a los olímpicos. Vemos allí a muchos corredores de un nivel ya no alto, sino altísimo, dispuesto a darlo todo, todo, por ser el próximo oro y poder hablar de ello durante cuatro años. Vemos a los atletas de maratón ir a menos de 3'05" min/km, a los ciclistas ir a más de 40 km/h durante recorridos larguísimos. Y solo nos fijamos en el primero, por éso hablé de Fermín Cacho, pues es el ejemplo ideal. Pasó a ser atleta de élite ya destaando. Nunca perdió el norte, fue consciente de que con trabajo, disciplina y mentalización (el TDM que decía Manolo Saiz) consiguió grandes cosas. Tan solo planteándonse el objetivo y luchando a basde de entrenamiento. Así, se planteó en el podio olímpico del 1500. Ahora bien, ¿a qué se le hizo más caso, al trabajo de la carrera y a los entrenamientos, o a la victoria? Solo a lo que la gente vio por TV o en directo, al resto, más bien poco. No solo pasa ésto con Fermín, sino con otors muchos deportistas... y deportes.
Vamos a valorar más lo que las cámaras no graban. Seguro que si a los deportistas les valoramos todo su trabajo (y sufrimiento entrenando) ellos nos darán las victorias y el espectáculo, que e slo que la gente, el aficionado, busca.

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