viernes, 14 de diciembre de 2012

Otra época de entrenamientos

Junto a Carmen, una de las protagonistas de este artículo, en la
I Carrera Popular de los Donantes de Sangre en Zamora.
Durante los cuatro años que llevo compitiendo en atletismo he estado en el mismo equipo, el C.D Atletismo Zamora-Repostar. Nuestro entrenador es Teo de las Heras. Esto de los entrenamientos en su caso viene de hace ya muchos años. Éso es lo que he querido reflejar en este artículo, para el que he contactado con varios corredores con los que he coincidido en varias carreras, que han estado entrenando con Teo durante estos años. Ellos son Fernando, Marco, Sera y Carmen.
Comenzamos por Serafín. "Fueron muchos años entrenando con Teo". Ésto es un buen indicador de que el corredor del Mesa de Valorio sabe muy bien de qué nos va a hablar. "Hacíamos un tipo de entrenamiento para todas las distancias . Muchos lunes hacíamos un tipo de farlek o cuestas, normalmente durante la semana hacíamos dos días de series, uno series largas de 1000 ó 2000 metros y otro día eran entre 100 y 400 metros". Cuando se planteaban correr una maratón, " algún domingo nos metíamos unos 35km con un recorrido :Guimaré-Almaraz-regreso por carretera Alcañices, había que pasar la famosa uve entre Almaraz y carretera de Alcañices, que después de la subida a Almaraz se hacía durísima". También, durante un tiempo, se dedicaron a la gimnasia en "un pabellón del instituto de La Vaguada, recuerdo que todos los años había unas competiciones en las pistas de ceniza del CEI, era un torneo de Caja Zamora en el que había que hacer dos pruebas y daban unos puntos según los tiempos conseguidos, el premio final eran unas zapatillas Adidas". Allí casi siempre ganaba Enrique Fernández, que era marchador.
Con Fernnado Lorenzo en la san Silvestre de Zamora en el 2011.
Ambos corrimos juntos, él ganó en su categoría y yo en la mía.
Ahora, le toca a Carmen Bailador. "Conocí a Teo, si la memoria no me falla, allá por el verano de 1991. En aquella época yo era sobre todo una aficionada al baloncesto, y acostumbraba a salir de vez en cuando con la bici o a correr para mantener algo de fondo físico y poder aguantar los partidillos con un poco de dignidad. Durante las vacaciones de verano aprovechaba para bajar a diario a Valorio a correr hacia las ocho de la mañana (nunca he llevado muy bien eso del calor y por entonces el madrugar no me suponía ningún esfuerzo), después se añadieron un par de amigos y un balón de baloncesto que escondíamos en alguna papelera mientras hacíamos 30-40 minutos de carrera y a continuación jugabamos nuestro buen rato de basket". Así era Carmen en un principio. Pero un día, un cartel en las fiestas de Olivares cambió todo. De los tres compañeros que estaban, "Oscar se rajó, de hecho no conseguí que llegara a participar nunca en una carrera a pesar de que llegó a tener un más que aceptable estado de forma, pero la otra compañera y yo nos presentamos en la línea de salida, junto con todo/as las atletas del entonces Club Atletismo Montelarreina". ¿Cómo fue aquella competición popular en el barrio de Olivares, un lugar muy habitual para atletas? "La carrera no se me olvidará, tres vueltas a un circuito que acababa a la altura de la entrada a la Iglesia. La salida en estampida a una velocidad más propia de un sprint que de los tres y pico km que tenía, yo sólo podía pensar ¿dónde van estos? ¡estan locos! aguantando como podía".  Ella, que luego sería corredora, sigue pasando a veces por allí corriendo, y "recuerdo la última curva antes de entrar en meta y a Sera diciendo:


- Vamos chavala que ya llegas.
¿Cómo que ya llegaba? Si aquello, en ese momento, ¡me pareció el mismísimo Tourmalet! Y los 30-40 metros que quedaban se me hicieron como si midieran cinco veces más". Y aquí es cuando hace su aparición Teo de las Heras. "Al final de la carrera Teo nos comentó que ya nos había visto correr antes por Valorio y que si nos gustaba por qué no nos íbamos con ellos a entrenar. Al principio no consideré la proposición, pero unas semanas después al comenzar el curso y volver a quedarme sola para salir a corre decidí probar con ellos". Ahí es cuando Carmen se pasa al atletismo.
Actualmente solemos entrenar muchos días por la zona de la Ciudad Deportiva y el río. Pero en aquella época era distinto. Así lo cuenta Carmen. "En aquellos años no estaba construida la Ciudad Deportiva, ni tampoco el paseo por la orilla del río, y quedamos en las escaleras de las oficinas del CEI"- Allí, todos los atletas dejaban su ropa y marchaban a correr, en muchas ocasiones callejeando por la ciudad. "Fue cuando realmente conocí Zamora, pues ibámos por barrios y calles en los que ni había pisado nunca, o ni siquiera sabía donde estaban". Cuando volvían de entrenar, "estirábamos en la acera o hacíamos algún ejercicio de acondicionamiento en la misma calzada o junto a la Iglesia de la Laboral, nos poníamos la ropa que jamás nos robaron (yo me atrevería a probar ahora) y nos ibamos caminando para casa".
Junto a Aníbal Rapado (Zamora Orientación) y Serafín Fraile
(Mesa de Valorio), uno de los protagonistas del artículo, en la
San Silvestre zamorana del 2011. 
¿Y cómo planteaba Teo los entrenamientos? "El entrenamiento era básicamente rodajes, más o menos largos o rápidos según el momento de la temporada corriendo por los barrios de la ciudad o carreteras y caminos de los alrededores (carretera de la Hiniesta, de Almaraz, caminos de Valorio y los sitios más inverosímiles que te puedas imaginar)". Si queréis más información, Carmen se explica mucho más. "Muchos lunes tocaba fartlek que los solímamos hacer en barrios poco transitados como San Lázaro o San Frontis, donde podías cruzar las calles o girar en las manzanas con cierta tranquilidad". ¿Por qué un lugar tranquilo? Por una sencilla razón: solían salir 20 corredores los días que menos y podían pasar, en muchos días de los 40 atletas. Lo bueno a (y sigue siendo) cómo planteaba Teo los cambios de ritmo que Carmen comentaba: "Cuando comenzaba un cambio nunca sabías cuanto iba a durar. Hasta la puerta del tío de Bernardo, decía Teo. Otras veces, tocaba dar una vuelta a la manzana y otras, Teo se limitaba a decir "cambio". Las series "las solíamos hacer los miércoles y viernes. Como norma general los miércoles tocaban series largas, en el circuito de las merinas o por el arcén de la autovía (de noche y en invierno, a veces hasta lloviendo... ¿quién dijo miedo?) y los viernes series cortas, también un poco por donde podíamos o si teníamos suerte en la pista de la Universidad Laboral siempre que estuviese abierta y tuviesen a bien dejarnos porque si no, el encargado nos soltaba el pastor alemán que tenían". Luego, cuando no tenían competición, los domingos "quedábamos en Valorio y se aprovechaba para hacer un rodaje mas largo de la habitual y por terrenos totalmente naturales". Luego, según iba avanzando la temporada, "se iba haciendo algo más de calidad y menos de rodaje, según las pruebas y distancias en las que cada uno iba a participar manteniendo más o menos el esquema anterior". Éso sí, lo que nunca, nunca cambió fue "el buen ambiente que había, creo que en ocasiones rozabamos el gamberrismo, pero que hizo que mucha gente que como yo, un día fue a probar y a pesar de la dureza, se quedase en este mundillo".
Con Marco en el I Cross Popular de Dómez de Alba.
El siguiente protagonista es Marco Antonio. "Yo empecé con 14 años. Estábamos Fernando, Alma y David de las Heras, Bernardo Cabañas, Juanito, Luisfer, etc...Y asi 25 ó 30 chavales. Éso sí que era un club, el 95 porciento de los que que corríamos en Zamora en los 90 entrenábamos con Teo". Para Marco, el entrenador del actual Atletismo Zamora-Repostar "es un buen entrenador. Y como persona lo aprecio mucho Y le tengo un cariño muy especial".
Fernando Lorenzo también estuvo durante mucho tiempo a las órdenes de Teo de las Heras, él mismo lo afirma: "Yoentrené muchos años con Teo". Como bien comentaba anteriormente Carmen, los entrenamientos seguían unos patrones concretos, aunque "lo mejor es el grupo de amigos que se formo en esa época, el ambiente relajado y divertido, se puede entrenar muy bien,tomarte las cosas en serio y a la vez divertirte con bromas, risas, eso es lo que conservo de esa época buenos amigos y deporte divertido". Además, Fernando añade una frase que puede parecer sencilla, pero que tiene mucha, mucha miga y más de uno debería aplicarla: "si no lo pasas bien creo que no merece la pena".

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