jueves, 21 de marzo de 2013

La soledad del corredor de fondo

Durante el Cross de Atapuerca de 2011.
Los que somos corredores de fondo solemos ser gente raltivamente tranquila, que valoramos de una forma espeial la tranquilidad, la soledad y los lugares sin ruido. Solemos ser admiradores de la naturaleza, al fin y al acbo es donde podemos dar rienda suelta a nuestra afición fuera del agobio de los coches y el asfalto de la ciudad. correr por un camino sin saber el rumbo, ver un pinar sin fin mientras encadenamos zancadas o subir entre árboles es una experiencia muy bonita y que da una sensación de libertad impresionante. Esto los fondistas lo valoramos mucho, esa sensación es muy importante para nosotros.
Cuando nos enfretamos a una competición de larga distancia, sabemos que a partir de cierto kilómetro empezaremos a sentirnos solos. Es, para mí, uno de los factores que hacen que una prueba de este estilo sea muy dura. En distancias como el 5000, que suelen ser carreras reltivamente breves, pero el sufrimiento aparece igual. No son pruebas tan largas como una media maratón, pero son bastante más rápidas, por lo que el sufrimiento aparece igual. La sensación de soledad aparece igual tanto en 5000 como en maratón, igual más exagerado en esta última, por no hablar de los corredores de ultrafondo.
El 10.000 es una prueba engañosa. Puede que a más de uno se le pase por la mente: "Bueno, 10 kilómetros se hacen muy bien". Bueno, engaña mucho, y aquí podemos sentirnos realmente mal su tensamos demasiado.
A lolargo de estos cuatro años he vivido esa soledad en varias competiciones, como en Cantimpalos. Teníamos un tramo largo, sobre un kilómetro en cada vuelta, que tenía un tramo llano, una subida fastidiada, sobre todo en la última vuelta que ya íbamos zurrados, otro tramo llano y otra bajada. Allí no había gente animando, solo unos jueces que tomaban el número de dorsal. Allí era un tramo que el aire pegaba o bien de lado o bien de cara, por lo que tocaba sufrir. Llevaba al grupo delantero a 50 metros y al perseguidor a esa distancia de mí, yo iba en el mdio de ambos grupos. Y ahí sí que me sentí solo.
En ciclismo he experimentado esa sensación. Recuerdo cuando fuimos a Navalacruz. Subiendo el puerto mi tío marchó para delante y yo me quedé entre él y mi padre. Aquellos tres kilómetros finales sin nadie fueron un aunténtico infierno.
¿Y po qué hago esto, sintiéndome solo? Personas como yo piensan que una vida sin machacarse deportivamente no tiene sentido. Pues eso es lo que a mí, personalmente, me pasa, mi vida no tendría sentido sin un machaque deportivo, por eso me gusta salir a correr a diario, meterme un día en la piscina a nadar o irme con la bici.

No hay comentarios: