lunes, 1 de abril de 2013

El sobreentrenamiento en el deportista


Es muy importante saber cuándo y cómo debemos entrenar. Solo así conseguiremos nuestros objetivos deportivos. Los deportistas experimentados saben que el descanso es un factor clave que afecta al rendimiento del deportista.

Puede resultar una aunténtica lástima que haya muchos deportistas que echen toda una competición por la borda por una mala planificación. Los principios del entrenamiento funcionan a la inversa, es decir, si dejamos de someter al cuerpo a un esfuerzo, se adapta a ese menor esfuerzo. Hablando de forma sencilla: cuando paramos el programa de entrenamiento, no mantenemos la forma física que hemos intentado conseguir. Puede ser realmente desmotivador que necesitemos mucho menos tiempo para estar desentrenados que para estar a un nivel de forma aceptable, ya no hablemos de estar en nuestro mejor momento de forma.

Lo buena del tema es que, tras haber tenido un alto nivel de forma con un entrenamiento intenso, no vamos a necesitar la misma cantidad de trabajo para mantener los niveles máximos de rendimiento. La frecuencia de las sesiones intensas se reducen a la mitad y así la condición física de resistencia será adquirida con siete horas semanales.

Durante el entrenamiento sucede lo llamado “síndrome de adaptación general”. Consta de tres etpaas: la etapa de alarma que es provocada por la aplicación de esfuero al entrenamiento (lo que se llama principio de sobrecarga); la segunda etapa, denominada etapa de resistencia donde los músculos y otros sistemas se adaptan para resisitr de una forma más eficaz al entrenamiento duro (lo que habitualmente se denomina principio de sobrecompensación) y la última etapa es la del agotamiento, donde si persistimos en el esfuerzo, se agotan las reservas y nos veremos obligados a parar el entrenamiento por el colapso de los sistemas fisiológicos implicados.

El entrenamiento intenso y constante no ha de durar mucho tiempo. A la larga, el organismo se niga a seguir y el rendimiento o hasta nuestra salud se ven afectados. Podemos planificar el entrenamiento por ciclos. Por ejemplo, meter tres semanas fuertes seguida de una para recuperar con un entrenamiento de intensidad baja e incluso un descanso absoluto para facilitar la sobrecompensación. Podemos empezar el ciclo siguiente con algo más de carga entrenando. Si entrenamos antes de la sobrecompensación, el resultado será un declive del estado físico, un declive constnate, que requerirá un período de descanso y recuperación más largo. Aplicar descansos activos a nuestro entrenamiento puede ser beneficioso.

El descanso y la recuperación hacen que el cuerpo pueda recuperarse de unas lesiones microscópicas que aparecen en los músculos y poder restablecer los niveles de energía. Esto es necesario a la hora de competir. Con cierta frecuencia, cuando experimentamos resultados malos, muchos tienden a entrenar más fuerte, y esto no es exactamente bueno. Puede que necesitemos todo lo contrario, descansar.

Pero la recuperación no es tumbarnos en el sofá con los pies en alto. Hay varias formas de que el cuerpo esté activado.

El masaje es importante en los deportistas. No hace falta que seamos profesionales, esto puede venirle bien a cualquier aficionado. Otra técnica puede ser la ducha fría en las piernas y tener una dieta bien planificada y dormir lo suficiente.

Muchos son los deportistas que se deciden por dormir la siesta. Media hora de sueño puede ser estimulante después de comer.

Una de las claves para el éxito en las competiciones es conocer bien nuestro propio cuerpo para saber cómo reaccionamos ante las exigencias que se plantearán en la competición. Esto puede llevarnos años de aprendizaje. Debemos sentir el estado de los músculos, las hora de sueño necesarias y la dieta idónea. Debemos conocer los signos del sobreentrenamiento: insomnio, pérdida de apetito, pérdida de entusiasmo, irritabilidad y cosas del estilo.

Aprender lo que el cuerpo nos dice es una cosa, pero hacerlo es otra. Si no estamos bien, no necesariamente debemos entrenar. Si estamos bien, quitamos el recorrido fácil que teníamos planificado y metemos un entrenamiento de intervalos. No debemos ser esclavos del plan de entrenamiento, debemos aprender a ser flexibles.

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