domingo, 1 de septiembre de 2013

Crónica del IV Cross Popular Ribera del Eria



Colocados para la salida.


Ayer se celebró en Morales del Rey el IV Cross Popular Ribera del Eria, con victoria para Jorge Rodríguez, del Correcaminos del Duero, mientras que su compañera de equipo María Díez hizo lo propio en la de mujeres. Hasta Morales del Rey fui junto a mis padres para ir a correr esta prueba, a la que tanto respeto tenía.
La recogida de dorsales estaba programada desde las 17:30 hasta los 18:30. Una vez que conseguí tener mi dorsal (los imperdibles he dejado de pedirlos, pues suelo llevar cuatro enganchados a la camiseta para evitar problemas), no sin tener algunos problemas con las colas, me lo puse en la camiseta, y todo era cuestión de esperar hasta el calentamiento, viendo cómo corrían los pequeños.
El tiempo fue pasando, los corredores de mis categorías (Juvenil y Absoluta, pues corríamos ambos juntos) estaban llegando y se aproximaba el momento de calentar. Tras unos estiramientos, me puse a rodar despacito, buscando un sitio para hacerlo sin tener que preocuparme por si tenía o no que atravesar el circuito. Tras un rato dando vueltas, encontré una recta interesante, donde había varios corredores haciendo el calentamiento o haciendo los preparativos antes de la carrera. Allí estuve rodando, haciendo algún cambio de ritmo y hablando con algún corredor. Volví otra vez al lugar de la salida para estirar algo e informar de cómo iba el calentamiento. Eran ya casi las 19:00 cuando informaron de que saldríamos a las 19:30, así que aproveché para estirar bien. Volví a rodar un poquito, esta vez en compañía. Primero con Julio, del Mesa de Valorio, momento que aproveché para que me hablara algo del circuito, y luego con Mercedes, también del Atletismo Zamora-Repostar, con la que ya acabé el calentamiento.
Primer avituallamiento.

Ya nos llamaron para la salida. Pues nada. Llegó el mejor momento para todos: el de competir. Nos colocamos en la salida, algunos apuramos el calentamiento hasta el límite. Ya casi cuando nos dejaron marchar (¡qué ganas!) estábamos todos con la mano en la muñeca, gesto típico de los corredores de fondo. Yo, que decía que me iba a poner atrás, le eché cara y me puse en primera fila. Si es que no me puedo estar quieto, aunque en esta ocasión iba a procurar no ir a tope. Una vez puestos en marcha, el GPS marcaba ritmos de 3:25 y 3:30 min/km. Tocaba mantener ese ritmo y evitar picarme. Venía Súper conmigo, fuimos un rato juntos, aunque él luego tiró hacia delante. El grupo cabecero se distanció enseguida del resto de los corredores, llevando un ritmo altísimo desde los primeros metros. Yo iba ahí metido, intentando no picarme. Intenté estabilizarme en un ritmo que pudiera aguantar, controlando el pulso para no pasarme de vueltas. Iba sobre los 3:25-3:30 el kilómetro y manteniendo las 190 pulsaciones. La idea era mantenerme así para llegar con fuerza a la temida subida. Súper y yo fuimos un rato juntos rodando a ese ritmo, hasta que él tiró hacia delante. Iba intentado llevar siempre a alguien para, en un caso dado, ponerme detrás de él y que me llevara un poco. Llegando más o menos al kilómetro cuatro comencé a tensar un poquito porque me veía bien, con fuerza. Enseguida iba a llegar la cuesta famosa, y quería cogerla un poco rápido. Pasé a Súper y, ya comenzando a subir, aún en el pueblo, cogí a Raúl.

La subida comenzaba en el propio pueblo, con asfalto, y enseguida cambiaba a ser camino hasta llegar a la parte de arriba. Ahí el pulso ya empezó a ir más acelerado y el ritmo era más difícil de mantener. Ya cuando entramos en el camino el ritmo fue bajando y las pulsaciones fueron subiendo, en un momento casi hasta las 200. Ahí ya me contuve, me estaba picando, y ese no era, en esta ocasión, el objetivo. El GPS iba marcando la realidad: 5:00, 4:50, 4:55.... Hubo tramos que era casi imposible, para mi nivel, bajar de esos ritmos. Ya pasado ese tramo conseguí volver a estabilizarme en ritmos sobre los 4:00 minutos. Al final esos kilómetros salieron sobre 4:20 de media. En el tramo de arriba, una vez acaba la ascensión, teníamos un avituallamiento líquido, el segundo (el primero estaba pasado el kilómetro tres). Tras beber, comenzamos con la bajada, el tramo que más respeto me daba por lo técnico que pudiera ser el camino. Íbamos tres corredores juntos, aunque, demostrando que no solo soy mal bajador en la bici, me quedé yo solo... menos mal que por lo menos de los tres me quedé en el medio, pues el tercer corredor también se quedó. Llegando abajo, en una curva cerrada, me pasaron dos corredores que me habían ido comiendo terreno. Tenía que cogerles sí o sí, no podía dejarles ir. Y aquí llegó el momento en el que no pude evitarlo, y me piqué. Salí directo a por ellos en el tramo de bajada por asfalto en el pueblo. Cuando cogimos la recta de meta todo se quedó en un sprint entre los tres. De los tres conseguí entrar segundo, el otro nos sacó una buena distancia. Al llegar, qué menos que darnos un abrazo. Ante todo, la deportividad. Al final Jorge ganó en hombres y María en mujeres.
Podio.
Se procedió luego a una pequeña merienda y a la entrega de trofeos. En la Absoluta entré más o menos el 20, mientras que me llevé la victoria en mi categoría. Del Atletismo Zamora-Repostar también ganó Mercedes en su categoría.

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