domingo, 9 de febrero de 2014

XVII Carrera Popular Don Bosco

Llegada a meta después de más de 9 kilómetros de puro disfrute, aunque
la cara diga lo contrario. Es lo que tiene correr bajo la lluvia...
Hoy se ha celebrado en Valladolid la XVII Carrera Popular "Don Bosco", una prueba que si otros años estuvo marcada por la niebla durante todas las categorías, este año lo estuvo por la lluvia y el frío. Como os comentaba en mi última entrada en el blog, un año más (y voy por el quinto) decidí apuntarme, junto a mi familia, en esta bonita carrera vallisoletana, con una mentalidad bien diferente a la que llevaba en otras ediciones, pero con un resultado más que inesperado para mí. Además, hubo una buena participación de atletas zamoranos, que estuvieron presentes en los primeros puestos de sus respectivas categorías.
Se comenzaron las carreras con los infantiles y los cadetes, tanto masculinos como femeninos, donde estuvieron Julián, Raquel y mi hermano Fernando, consiguiendo entrar en unos puestos muy interesantes. Tras su llegada a meta, a las 10:30 se daría la salida de la categoría Absoluta, la cual tendría que recorrer 9450 metros (algo menos de 9300 según mi GPS). Tras el correspondiente calentamiento (no nos quedaba otra con el frío que hacía) a base de combinar trote y ejercicios de movilidad en las articulaciones, nos vamos junto a César a la salida. Allí, cada uno a nuestro lado, César a la primera fila, yo entre los grupos delanteros pero sin dar la cara y mi padre en el medio del grupo. Cuando se dio la salida todavía me dejé caer bastante porque vi que aquel no era mi sitio, me llevé algunos codazos (algo difícil de evitar en las salidas) y, además, el ritmo era más alto de lo que yo iba a poder llevar en los primeros metros e incluso los primeros kilómetros, ésa fue la razón por la que me dejé caer, ya tendría tiempo de remontar puestos. Los primeros kilómetros de la prueba estuvieron marcados por la lluvia, aunque al final de la prueba disminuyó. A mi me gusta correr cuando cae algo de agua, no es que me guste correr cuando está lloviendo a mares pero sí cuando cae algo de agua, y hoy fue de esos días en los que me encontraba cómodo. Tras el primer kilómetro a 3:36, noté que poco a poco iba encontrándome bien, más en calor, bajando el ritmo hasta los 3:20-3:30. Con el paso de los kilómetros descubrí varias cosas. Iba remontando varios puestos, iba a ritmos inimaginables para mí y, encima me iba notando no bien, sino genial. Mi último recuerdo rodando a estos ritmos fue en Balborraz y no recuerdo que me notase tan cómodo (bueno, ni en esa ni en otras muchas, todo sea dicho). Los tres últimos kilómetros fueron, para mí, entretenidos. No sé quién fue el que me dijo que iba sexto, así que me fui a perseguir a los corredores que llevaba delante. Poco a poco y no sin dificultad fueron cayendo hasta que llegó el último corredor al que superé. Cuando le di caza, a más o menos medio kilómetro de la meta, fuimos los dos juntos rodando hasta que, a falta de más o menos un kilómetro decidí probar suerte para ver qué pasaba, si iba a poder entrar delante o detrás de él. Me veía con fuerza, pero sabía perfectamente que llevando a rueda a este corredor, que me di cuenta cuando cogí que era Víctor, iba a ser aquello una barbaridad, más teniendo en cuenta que no tenía ninguna referencia acerca de cómo podía responder mi cuerpo a estos ritmos y tirones. Tras este último kilómetro a un ritmo que ni en mis mejores sueños me esperaba (el GPS me marcó el nueve a 3:16, el más rápido de todos), me colé entre los cinco primeros de la Absoluta, un puesto que me permitió subirme al segundo escalón de la categoría Juvenil, que en esta carrera incluía a corredores desde el año 1992 hasta el 1997. Según el GPS (los que me conocéis sabéis que soy un maniático de estos chismes) salieron 9280 metros en 31'28", a 3:23 el kilómetro y con el pulso muchísimo mejor que cuando hacía esto en las pruebas que iba a disputar. El podio de mi categoría estuvo formado por Luis Enrique Melero, el que escribe y Víctor Corral Gil.
Podio de la categoría Juvenil formado por Luis Enrique Melero,
Alejandro Vicente y Víctor Corral.
Después se siguió con el resto de categorías donde hubo zamoranos en casi todas y, además, entre los primeros puestos. En lo que a mí respecta, no vi todas porque estuve de un lado para otro y apenas me enteré de lo que estaba sucediendo con las categorías, salvo algunas excepciones. Una vez que todo se completó y que los Andarines acabaron su paseo por el recorrido de 2200 metros, se procedió a la entrega de trofeos bajo la lluvia. Se comenzó por los vencedores absolutos (Álvaro García Ribote en hombres y Alma de las Heras en mujeres) para seguir con las categorías de Veteranos, tanto en hombres como en mujeres, y los Juveniles, que fue hasta donde yo vi.
Última foto antes de tomar la salida. 

La verdad, una buenísima mañana de atletismo en Valladolid. La organización ha estado perfecta, el único problema ha sido el tiempo con la lluvia y el frío. Sobre mí, comentar que desde que he cambiado mi forma de entender del deporte no sé si habré mejorado, pero ha hecho que esté disfrutando bastante de esto de correr, no me obsesiono tanto con el tema de los tiempos aunque siga entrenando a diario (y espero poder seguir así durante mucho tiempo). Ahora mismo creo que tanto mental como físicamente me voy recuperando. Éso sí, por ahora no me llama la atención lo de ponerme otra vez con los entrenamientos específicos, algo que ya os he comentado. Ojo, no digo quiero decir con esto que no hagan falta, ni mucho menos, solo que yo, a sabiendas de cómo soy para estas cosas y viendo cómo me lo estoy pasando ahora mientras corro, no tengo ninguna intención de volver a hacer historias así. Sé que soy una persona que estas cosas me las tomo muy en serio y no me apetece nada volver a estar tan pasado como estuve. El que estuviese tan pasado físicamente únicamente tiene un culpable, yo mismo, así que es tan sencillo como hacer cosas que yo sepa que no me van a obsesionar. Por ahora seguiré rodando y rodando por mi querido bosque de Valorio y por la orilla del Duero, haciendo de vez en cuando algunos cambios de ritmo para cambiar algo los rodajes de unos días de otros, y también pedaleando, cómo no.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.


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