miércoles, 2 de julio de 2014

Aquí seguimos

A pesar del tiempo que estamos teniendo últimamente, hoy volví a animarme a pedalear un rato por la carretera de Almaraz, a sabiendas de que, con el cielo que estaba, podía llegar hecho una sopa a casa. Así, tras desayunar, me puse el culote para ir en dirección a la misma ruta de días anteriores, es decir, a la carretera de Almaraz para llegar hasta Villaseco y luego bordear por el carril bici según los kilómetros que quiera hacer.

La mañana estaba hoy fría, así que opté por ponerme manga larga arriba tras pasar algo de fresquito estos días con el maillot corto y, además, una camiseta técnica (el lunes fue de las específicas de ciclismo, ayer tocó de las de correr, que dan el mismo servicio). Los primeros kilómetros cayeron con cierta sensación de frío, incluso una vez completados los primeros repechos de la zona al poco de pasar la fábrica de leche de Gaza y la antigua cárcel de Zamora, que actualmente está en desuso. Realmente no fue hasta la cuesta larga de la carretera cuando empecé a notar sensación de ir caliente. Hoy no miré el tiempo, pero tengo la sensación de que tardé más de lo normal en llegar arriba. Una vez que coroné (qué profesional queda eso), no llegué a entrar en Almaraz, cogí a la derecha arriba del repecho para enganchar con la carretera que va a Villaseco. Seguí rodando en ese tramo hasta el pueblo, donde me di la vuelta y volví por donde había ido. Entre los dos pueblos, tanto a la ida como a la vuelta, tuve la compañía de la lluvia, que se empeñó en venir conmigo; menos mal que luego no quiso venir más. Lo que más me fastidia es que en Zamora no debió de caer. La bajada de la cuesta larga la hice con cierto cuidado, el suelo estaba mojado y no es plan de darme un porrazo contra el suelo. Completado este tramo, seguí rodando normal en los continuos toboganes típicos de esta carretera. Ya en Zamora, me metí por Olivares para evitar el tráfico y los semáforos de la ciudad, llegando así directo por el camino al carril bici, donde completé una vuelta intentando darme mucha caña. Y desde aquí me gustaría decir que, cuando estamos en el carril bici, conviene mirar antes de atravesar de un carril a otro por si viene algún ciclista. Digo esto porque hoy he estado a punto de llevar por delante a una persona que, sin mirar, se puso a atravesar. Menos mal que no iba muy rápido y que su compañero lo paró. Luego ya tiré para casa. Total, he acabado con casi 56 kilómetros de bici (55,73 según el GPS) en 2h09'53", a una media de 25,74 y 149 pulsaciones medias.

Ahora, y un poco a espera de que este tiempo mejore, mañana cambiaré de deporte y me animaré a hacer un rato de natación. Tengo en mente hacer una hora, que ya está bien. Así seguimos con el descanso activo de cara a la nueva temporada de atletismo, la cual estoy deseando que llegue (y mira que aún me faltan días para que llegue el 28). Por ahora, solo pido no caerme con la bici, no tener averías (sobre todo si voy yo solo, que de mecánica del ciclismo no tengo ni la más remota idea) y no lesionarme. Bueno, y puestos a pedir, que mejore el tiempo porque, ¡estamos en julio, no en noviembre!
Sé de la importancia que tiene hacer este parón de cuatro semanas para que el cuerpo en general y las piernas en particular se recuperen, pero realmente este tiempo se hace largo. A mi lo que realmente me gusta es encadenar zancadas por Valorio o el carril bici, pero si quiero andar bien el resto de la temporada sé que tengo que parar, sino yo ahora estaría tan contento gastando zapatillas. Éso sí, si nada me lo impide, el próximo 28 de julio que se preparen, porque juntos nos vamos a dar bastante caña durante los siguientes once meses. ¿La temporada de mi retorno? Realmente no sé si habré llegado a irme, pero, a diferencia de lo que muchos piensan, para mi las pruebas populares sí son competiciones y, por eso, iré a darme caña a las que pueda participar, algunas preparándolas de forma específica y otras para ir mientras las preparo. Pero, ante todos, disfrutar.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.

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