martes, 5 de mayo de 2015

Rememorando para escribir


Esto del deporte, como suele suceder en otros momentos de nuestra vida, suele tener unos momentos de mucho disfrute, donde todo va saliendo más o menos rodado, y otras veces donde parece que las sensaciones no te acompañan, no acabas de encontrar tu rimo, y tienes la sensación de estar lejos, muy lejos, de tu mejor versión como atleta. Digo atleta porque es lo que soy ahora, pero lo mismo sucede en el ciclismo, y prácticamente en cualquier deporte, más cuando en otros momentos has ido muy bien, has andado a unos ritmos interesantes y, unos cuantos meses más tarde, ves que la cosa no va como a ti te gustaría. 
La verdad, ahora no me puedo quejar, pues había tenido unas sensaciones muy buenas entrenando, veo que la motivación sigue pareciendo, en cierta medida, un tobogán, como los de Valorio que tanto me gustan. He vuelto a ver en el GPS ritmos de 3'15 el mil, me he visto entre los primeros el domingo en La Bañeza, veoq ue poco a poco voy cogiendo el ritmo de nuevo. Sin embargo, me cuesta mucho mantenerme completamente centrado, y cualquier cosilla me toca la moral, lo que hace que luego enseguida me venga abajo, y, como es de esperar, la negatividad muchas veces se apodere de mi, intentando que me cueste mucho cumplir con el plan de entrenamiento marcado para lo que queda de temporada. ¿Esto nos pasa a todos los atletas, o solo a mi?
Veo fotos de hace unos meses, en la temporada pasada. Me comparo con mi versión de ahora. ¿Cómo puede ser esto, que hace un año anduviera tan bien, y ahora esté a un nivel mucho, mucho más inferior? Me veo en Bañobárez o Peñausende, y me comparo. Me estoy dando cuenta de que la frase que dice eso de que las comparaciones son odiosas va a ser cierta. Pero no puedo por menos que mirar las fotos y pensar en lo bien que andaba yo hace unos meses.
Calentamiento en La Bañeza.
Es verdad que ahora no ando mal, pues creo que hacer una competición como fue El Salvador a un ritmo por debajo de 3.25 el mil creo que es para decir que salió una buena competición. Pero, aun así, veo que las piernas están para dar mucho más de sí. Esa sensación la he tenido en casi todas las competiciones. Sabía que podía ir más rápido, pero supongo que la falta de muchos entrenamientos pro haber empezado tan tarde la temporada (mediados de septiembre, mes y medio después de lo que yo había pensado) ha tenido, en cierta medida, la culpa de que el ritmo de competición lo esté cogiendo tan tarde, un ritmo que, por cierto, creo que aun no está del todo cogido. Pero, por lo menos, empiezo a verme un poco más ágil que en otras competiciones, sobre todo si me comparo con la época de los crosses, donde, a excepción de Aranda y Venta de Baños, donde tuve unas sensaciones bastante decentes, en general no salió nada bien. En Atapuerca salí descolgado y en Ávila, aunque la carrera no fue mal del todo, en los últimos kilómetros me vine abajo físicamente y no pude acabar un poco más adelante. Luego, en otras competiciones como Fuentesaúco, llegué a meta reventado, pero con la sensación de que mis piernas tienen una mejor marca en 10000 que la que allí hice.
Pero bueno, la verdad es que de quejidos uno no vive. Tenemos nuestras épocas mejores y peores, eso no lo podemos evitar. Para mi, esta temporada ha sido muy, muy regular. No voy a decir que los puestos hayan sido malos, pero creo que, por norma general, sí son mejorables. En que mis piernas están para ir mucho más rápido de lo que me han hecho ir en casi todas las competiciones Pero no me queda otra más que tirar de paciencia, pensar que esto pasará y espero que en breve pueda volver a andar como "antaño". Que soy capaz ya lo sé, pero ahora tengo que volver a verlo. Dije que para la temporada que viene iba a volver a competir ya en condiciones, sobre todo en cross, por lo que espero que este verano la cosa vaya bien durante las cuatro semanas que haré de descanso activo, no tener ningún percance y poder comenzar en agosto la temporada sin problemas.

En fin, pensamientos que se le vienen a uno cuando no está en uno de sus mejores momentos. Pero toca seguir entrenando en busca de los últimos objetivos de esta temporada. Tras completar la semana pasada, el lunes tocó volver a calzarse las zapatillas para hacer algo de carrera continua cómoda. Arranqué con Avelino, Santi y Marco, aunque al final, por unas historias u otras, nos quedamos rodando Avelino y el que escribe. Menos mal que no nos picamos, porque yo iba un poco justo de fuerzas tras el esfuerzo del domingo. Así, completamos un total de 10 kilómetros en 45 minutos, a 4.29 min/km y 158 pulsaciones medias. Tras completar esto, unas progresiones en la pista, algo de estiramientos y para casa. Hoy estaban programadas unas cuestas. Tras estar un rato pensando entre si irme a hacerlas en una concreta pero con repeticiones o irme al casco antiguo a hacerlas, me decanté por la segunda opción. Y la verdad es que hoy sí noté las piernas algo más cargadas respecto al entrenamiento de ayer. Aun así, en las subidas me noté bien. Eso sí, me he llevado una decepción cuando he visto en el ordenador los metros que he subido. Aunque no están mal, yo me esperaba unos cuantos más. Al final han caído 13.4 kilómetros en 55'00", a 4.06 min/km y 170 pulsaciones medias.
La semana ya la tengo programada más o menos, solo queda cumplirla. Para mañana había pensado en rodar 15 kilómetros, pero en un principio prefiero salir a hacer 45 minutos y unas progresiones. El resto de la semana se me presenta durilla, con series largas el jueves, el sábado cortas y el domingo la tirada larga progresiva, pero sarna con gusto no pica, o al menos eso dice el refrán.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.

No hay comentarios: