miércoles, 9 de diciembre de 2015

La última bala de la recámara

Hace tiempo, unos cuantos, más bien bastantes meses, me ponía las zapatillas con un único pensamiento: competir. Bueno, más bien, tres pensamientos: competir, competir y competir. Aunque nunca he corrido a nivel profesional, reconozco que siempre he tenido ese gusanillo por la competición y que, lo quiera o no, aun se mantiene. Y es que para mi incluso hubo un momento en el cual solo tenía un único concepto del deporte: la competición Los entrenamientos que Teo nos planeaba se fueron centrando cada vez más primero, en el cross, para luego, en teoría, ir cogiendo velocidad para, en algún momento, que para mi nunca llegó, poder llegar a la pista con la suficiente velocidad. Un planteamiento que ahora no voy a entrar en decir si me gustaba o no, pero el hecho es que logró que fuera viendo resultados en las competiciones, tanto por la clasificación como por los datos que me aportaba el GPS. Luego, por circunstancias de las que he hablado en muchísimas ocasiones, un poco me desvinculé de esto y empecé a entrenar por mi cuenta. Aunque desde entonces sí me he tomado alguna competición con mi "antiguo" concepto, como en Bañobárez, Peñausende o Moraleja del Vino, es cierto que mi cabeza ni mis entrenamientos pensaban tanto en competir, más bien en simplemente poder ir sumando kilómetros semanales y de vez en cuando, ponerme un dorsal, pero para competir por sensaciones. Durante este tiempo, he tenido ciertos momentos de mucha motivación, donde estaba convencidísimo de que iba a volver a la competición. De hecho, tras ganar en Bañobárez, me convencí de que la pasada temporada sería la de mi regreso, aunque, tras la lesión, estuve un tiempo bastante desmotivado para luego, decir unas cuantas veces que esta temporada volvería. El hecho es que la comencé relativamente bien, pero, como de costumbre, me vine abajo.
Sin embargo, me he decidido a gastar la última bala de la recámara. El otro día estuve leyendo el blog "Pedaladas contra el cierzo" de Javier Castañer una publicación bastante interesante, donde me encontré un primer párrafo bastante motivante. Javier compitió a un nivel mucho más alto en ciclismo del que tengo yo en atletismo, pero, aun así, en ese primer párrafo me vi un poco reflejado. Tras leerlo, debo reconoce que me empezaron a asaltar varias preguntas sobre mi frustrada (porque la de veces que he dicho que vuelvo y tal, y al final me quedo como estoy) vuelta a la competición. Y debo reconocer que, tras comentarle a Javier las sensaciones que me produjo su publicación y algún consejo por su parte, vi una buena oportunidad de, por una vez, intentar centrarme y ponerme manos a la obra con la preparación para un 10.000, y qué mejor manera que buscando esos ansiados 33 minutos. 
Debo reconocer que, por un lado, me apetece darme cera, pero, por otro, tengo muchas dudas. Muchas dudas porque he tenido otros intentos de vuelta que al final han acabado mal, pues en el primer intento me lesioné y en el resto, siempre he acabado dejándolo y volviendo a centrarme solo en los rodajes. Éso es precisamente lo que me preocupa, recaer en esto. La historia, por lo tanto, no será tanto entrenar al cuerpo, sino preparar a la cabeza, que ha sido y es mi principal problema. Habrá que ir viendo cómo me responde e intentar corregirla cuando no quiera hacer las series marcadas y me tente para hacer solo rodajes. En este aspecto, tengo ya una pequeña batalla... para mañana mismo. Están programadas unas cuantas series largas, y la verdad es que la cabeza me pone un poco en duda este entrenamiento. ¿Rodar o series largas? Pues en el plan pone que series largas, así que habrá que hacerlas, me guste o no. Éso sí, ya que me pongo con ellas, espero que no me vuelva a pasar como aquel día, donde casqué todo el entrenamiento por contar mal en las vueltas a la pista haciendo series de 2000.... Éso me revienta. 
Vamos, en definitiva, vamos a gastar la última bala que tengo en la recámara, mi último intento de vuelta a la competición. Como decía, la idea será acercarme a los 33 minutos en 10.000. ¿Factible? Pues habrá que verlo. Tengo varias competiciones en mente para hacer sobre esa distancia, así que no queda otra que ir analizando y viendo a ver cómo va saliendo la cosa. Por ahora, espero poder volver a correr en Venta de Baños, pero esta vez de popular. El día 19 se hará un cross popular previo al Cross Internacional del día siguiente, y tocará plantarse en la línea de salida del 10.000 para sufrir un poquito y ver qué sale. Luego, ya estoy inscrito al Cross de Ávila, una prueba donde no miraré el crono, pero sí la clasificación, así que a sufrir igual. No me importaría ir a alguna prueba por la provincia de Zamora, pero, mirando fechas, creo que lo tendré algo complicado. 
Poco más tengo para contar... Me espera un largo camino de regreso a un lugar que, quizá, no debí abandonar, aunque las experiencias vividas durante estos dos años han sido impresionantes y no las cambiaría por nada. Ahora, nos tocará sufrir, nos tocará pelear, pero, ante todo, nos tocará disfrutar de lo que llevamos en la sangre: la competición. Vamos a ver cómo acaba este nuevo proyecto de regreso.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.

No hay comentarios: