martes, 19 de abril de 2016

Cambio de objetivos

Van pasando los días y los meses. Nos encontramos a menos de doce semanas para acabar la temporada (sí, soy muy de mirar a lo lejos, no hace falta que me lo digáis), y la idea de prepara una carrera va llegando a su fin. Soy una persona muy maniática, y preparar un objetivo con menos de tres meses, o doce semanas, no me convence. O mucho, mucho tienen que cambiar las cosas, o la idea de elaborar un plan y preparar una prueba, esta temporada, se va a desvanecer por completo. No es algo que me tenga excesivamente preocupado, las cosas como son, pero tampoco me hubiera importado haberme puesto manos a la obra con alguna carrera, como hice en su día con El Salvador. 

¿Qué es lo que me lleva a descartar esto? No he encontrado ninguna prueba que me llame, que me motive para entrenarla. Y no será por falta. Ahora, hay varias carreras de 10.000 metros por aquí cerca (en Zamora y provincia, sin ir más lejos, tenemos en Villalpando la de Chema Martínez, la carrera de la USAL en Zamora capital y, en Toro, la de Las Edades del Hombre), carreras que sí me llaman para ir a hacerlas y darme cera, pero no para prepararlas como preparé aquella vez El Salvador, no me dan motivos para ponerme a entrenar en condiciones. Y, en las carreras que mencionaba en el paréntesis, creo que sí serían unos buenos objetivos, más que nada porque nos encontramos ante unos eventos donde el nivel será considerable, y, al final, es en este tipo de carreras, cuando sabes de fijo que te encontrarás con gente mucho más rápida que tu, cuando realmente el resultado y la competición valen para algo, no dejas de medirte con gente, por lo menos, muy rápida, y es una opción muy buena para medir nuestras piernas ante grandes rivales. Aun así, sí me apetece muchisimo correrlas, pero para nada me llama prepararlas con una preparación centrada en lograr tocar unos ritmos determinados. 

Como decía al principio de la entrada, van pasando los días, los meses y ya hasta los años. Soy atleta de la categoría Junior, aun joven. Se supone que a mi edad, debería estar haciendo un trabajo mucho más rápido del que estoy haciendo, metiendo muchas series que me den chispilla con la idea de, en invierno, estar metido en el campo a través, y luego, por estas fechas, estar dando mucha guerra en pruebas de 5000 metros. Digo 5000 porque es una distancia que me llama bastante la atención y donde, cuando entrenaba de una forma más organizada que ahora, me encontraba bastante bien (de hecho, el año que dejé de entrenar con Teo, la idea era preparar cross y luego, hacer 5000 en pista, en busca de alguna marca), aunque muchos compañeros me han comentado que tengo buenas cualidades para el 1500, una distancia que, sin embargo, nunca me ha gustado demasiado; de hecho, apenas he corrido tres millas (en la categoría absoluta, porque fuera de esa categoría, como Infantil y Cadete, competí en dos de La Horta), haciendo unos tiempos bastante mediocres para este tipo de pruebas. Intentando no desviarme demasiado del tema principal del párrafo, quizá esté dejando pasar mis mejores años como corredor haciendo unos entrenamientos que no me van a aportar nada más que fondo, una cualidad física que se gana con los años, dejando de lado el trabajo de calidad, el cual, a mi edad, posiblemente tenga mucho que aportar. 

Tenemos claros ejemplos de grandes maratonianos (Martín Fiz o Abel Antón, y hace poco escuché a Rafa Iglesias que sus comienzos, con mi edad, estuvieron también en esa distancia) que comenzaron por el 1500 y acabaron logrando unos resultados envidiables en los 42 kilómetros. Sería la escala lógica de cualquier atleta, la verdad. En mi caso, he llegado a la conclusión de que no he tenido paciencia para seguir creciendo como deportista y como atleta. Tenía y tengo una visión del atletismo un tanto (¿o bastante?) extraña, lo que me ha llevado a saltarme varios pasos, y a entender el atletismo a nivel de "popular machacón", quizá, demasiado pronto. Supongo que ésto tendrá algo positivo, pero también tiene sus cosillas negativas, pues, como decía, estoy perdiendo mis mejores años como atleta, y realmente, nunca sabré hasta dónde podría haber llegado entrenando de una forma organizada. Tengo muy claro que nunca hubiera llegado a la élite, porque éso es muy, muy complicado, pero, quizá, sí podría haber estado compitiendo con unas marcas interesantes, y, sobre todo, llevando una escala lógica dentro de ésto, comenzando por el 1500 y acabando por la distancia mítica del atletismo de larga distancia, la maratón, una distancia que, no es por ser negativo, pero creo que nunca llegaré a completar, pues lo más probable es que las lesiones me hayan retirado antes.

Pero el hecho de que no tenga ningún objetivo competitivo en mente no significa que tenga previsto dejar de entrenar, ¡éso nunca! Comentaba que no iba a seguir una planificación centrada en preparar una competición, pero también comentaba que soy un tipo tirando a maniático, y me gusta salir con una idea determinada de lo que voy a rodar. Procuro hacerme una idea antes de salir de casa sobre los kilómetros o el tiempo que voy a rodar ese día, y ya con una ruta predeterminada, aunque ésta última la suelo variar según si quiero rodar por alguna zona más llana o si quiero meter alguna subida. Así que, por ahora, seguiré programando los rodajes diarios, aunque solo eso, la intensidad y demás lo iré viendo según me vaya viendo de sensaciones. 

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

No hay comentarios: