lunes, 4 de julio de 2016

Tour de Francia, entrenamientos y objetivos

Llevo ya unos días sin actualizar el blog. Como alguna vez he comentado, no me gusta dejar demasiado tiempo sin publicar alguna entrada, así que hoy me pondré manos a la obra para intentar juntar alguna palabra. Ideas, no tengo en exceso, pero las pocas que tengo, intentaré desarrollarlas lo mejor que pueda. Habiendo empezado ya el Tour y con algún proyecto deportivo en mente, seguro que algo consigo escribir.

Estamos en el mes de julio, y el mundo del ciclismo se frota las manos, por poder ver la que posiblemente sea la carrera más importante del mundillo de las dos ruedas, el Tour de Francia. De la ronda gala se dice que, al acabar, te has sacado el carnet de ciclista profesional, por la impresionante importancia que tiene el Tour para los ciclistas y sobre todo, para el vencedor. Sin embargo, a pesar de tanto éxito, para mi, es la prueba más aburrida si hablamos de las tres grandes vueltas por etapas. El Giro y la Vuelta, con el mismo día de competiciones, me resultan mucho más amenos respecto al Tour. ¿Por qué? En estas primeras etapas, con los nervios a flor de piel, siempre sucede lo mismo: escapada, pelotón a unos minutos, a falta de cinco kilómetros aprietan, se da caza a la escapada, llegada al sprint y, de por medio, varias caídas. Ya cuando la cosa se ha tranquilizado un poco y vemos a los ciclistas con menos nervios, se reduce el número de caídas, pero en las etapas llanas se sigue el mismo esquema de competición. Cuando llegan las etapas de montaña podremos ver movimiento, aunque siempre sea de los mismos corredores o de los mismos equipos, pero no es esa monotonía que hay en las etapas llanas. Pero, aun así, a pesar de los ataques en las jornadas de montaña (aunque siempre ataquen los mismos, hay días en los que podemos ver ciclismo del épico, también las cosas como son), sigo teniendo la sensación de que año tras año tenemos la misma estructura de competición dentro de la ronda gala, algo que creo no es tan exagerado en las otras dos grandes vueltas como son el Giro y la Vuelta, donde creo que de cara al aficionado hay más movimiento. Pero bueno, cada uno tenemos nuestros gustos.

Sobre los favoritos para lograr la victoria, reconozco que me gustaría que fuese Contador quien portara el maillot amarillo, pero lo veo complicado. Ha tenido un inicio de Tour bastante malo, con dos caídas en dos etapas, pero, a pesar de ello, no lo veo tan bien físicamente como en otras temporadas. No anda mal, ni mucho menos, pero creo que ha tenido años donde ha rendido algo mejor que esta temporada. Lo mismo luego da la campanada y me cierra la boca, como hizo Jesús España con la mínima para los Juegos Olímpicos en maratón, y ojalá sea así, pero a priori, no le veo para lograr la victoria, aunque no es la primera vez que parece que no va fino y acaba dándonos en el morro. A los que veo con más posibilidades es a Chris Froome y Nairo Quintana. El del Sky demostró estar muy bien de forma en el Dauphiné, logrando la victoria de la General. Si Nairo sigue con la misma estrategia que siguió el año pasado en el Tour, creo que será Froome el encargado de llevarse el maillot amarillo. Por equipo, creo que tanto Nairo Quintana como Chris Froome están muy bien respaldados, así que posiblemente sea más una guerra entre los dos. El colombiano tiene mucha calidad, aunque en el Tour del año pasado le falló un poco la estrategia. Supongo que sus directores, que están bien curtidos en esto (Movistar sigue con su filosofía, a mi parecer muy acertada, de tener ciclistas profesionales formados por ellos y ya retirados como técnicos del equipo) intentarán plantear una estrategia mejor que el año pasado, para lograr así estar aun más cerca del preciado maillot que distingue al líder del resto de ciclistas.

Siguiendo con el tema del ciclismo, llevo un par de salidas hechas este año. Tras ver que ya no iba a competir más ésta temporada, hace un par de semanas opté por volver a subirme a una bicicleta y dar las primeras pedaladas del año 2016. La verdad es que me quedo en todos los repechos, y como me pique un poco, no ando ni cuesta abajo, pero bueno, después de estar desde septiembre sin dar ni una pedalada, tampoco puedo quejarme mucho. En la primera salida que completé, fui en compañía de mi padre. Optamos por ir a la carretera de Villalpando, la típica para hacer las primeras salidas, completando un total de 85 kilómetros en 3h18'55, a 25.7 km/h de velocidad media y 139 pulsaciones medias. La siguiente salida fue justo una semana después, este último sábado. En compañía de mi padre, mi tío y de Félix, hemos completado una vuelta bastante interesante entre los Arribes salmantinos y Sayago, acabando con un total de 88.6 kilómetros en 3h29'30, a 25.4 km/h y 139 pulsaciones medias. Tuve un pique con mi tío y mi padre, llegando a pasar las 180 pulsaciones medias. Corriendo, me resulta bastante fácil llegar a estos pulsos, pero en bici, pasar de 165 pulsaciones es bastante raro, y solo suelo hacerlo cuando voy muy, muy tocado, así que ahí debía de ir a tope, tope, tope. No se puede salir con esta gente. Fuera bromas, supongo que el haber estado tanto tiempo sin montar en bici habrá tenido que ver en el que vaya más alto de pulsaciones de lo que normalmente suelo ir cuando llevo más kilómetros en las piernas.


Sobre los entrenamientos, aquí sigo, rodando. Tras darle varias vueltas al tema de los entrenamientos para el mes de julio, la idea es correr cinco días a la semana, salir uno en bici y descansar otro. A la hora de hacer sesiones de carrera a pie, he programado 60' de rodaje a ritmo cómodo (4'25-4'30, lo que viene a ser 13-13.5 kilómetros), y salidas en bici, pues un poco a lo que salga. ¿Hacer tirada larga? Pues tirada larga como he estado haciendo hasta hace un mes, de 18-19 kilómetros, me da a mi que no, es demasiado volumen para la altura de la temporada en la que nos encontramos. Para los domingos he programado alguna sesión de 70' al mismo ritmo que el resto de los días, entre 4'25 y 4'30 min/km, por lo que, como mucho, saldrán 16 kilómetros. Ésta más o menos será la estructura hasta agosto, donde tocará empezar a programar los entrenamientos de cara a la nueva temporada, donde tengo previsto volver a competir otra vez. Y es que, tras estar hablando hae unos días con Teo, decidí que la próxima temporada tenía que ser la de mi regreso. Llevo un par de años apartado del deporte federado, y creo que en este tiempo me debería haber dado tiempo a recuperarme de aquella desmotivación que me obligó a dejarla de lado. Seguiré entrenando de forma autodidacta, haciendo los planes de entrenamiento bajo mi criterio, y siendo yo quien plantee los objetivos de la temporada. Lo suyo sería volver a tener un entrenador que, por lo menos, me ayudara a enfocar un poco las sesiones de entrenamiento, pero la experiencia de ser mi propio entrenador creo que ha sido bastante positiva, sobre todo cuando me he mentalizado de que había que hacer ciertos entrenamientos si quería mejorar, como hice en su día preparando El Salvador y más adelante al empezar a hacer series, aunque luego una lesión me cambió la perspectiva de ver ésto de los entrenamientos. ¿Me apetece volver? Más que apetecerme, me gustaría ver hasta dónde puedo llegar entrenando de manera autodidacta y preparando a mi manera los objetivos que me marque. Lo que sí tengo claro es que seguiré la temporada que viene con el Atletismo Zamora, el que ha sido mi equipo desde que comencé en esto del atletismo, hace siete años. A ver qué tal se da y a ver si de ésta ya puedo decir de una forma definitiva que he vuelto a competir.

Nos vemos… haciendo deporte, claro. 

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