domingo, 26 de noviembre de 2017

Material deportivo y demás historias

El boom que están teniendo ciertos deportes a nivel aficionado o popular, como se quiera decir, no solo afecta a que cada vez haya más y más aficionados participando en ciertos eventos, o que cada vez más deportistas se animen a preparar ciertas salvajadas para las que, en la mayoría de los casos, no se ha llevado una preparación acorde al objetivo marcado. Nos encontramos con que, bajo mi punto de vista, no estamos sabiendo controlar el tema del material deportivo, ni desde el punto de vista de los practicantes del deporte, ni desde el punto de vista de ciertos medios de comunicación especializados, donde, desde hace ya bastante tiempo, la impresión que me están transmitiendo es la de haber dejado de lado el punto informativo en este aspecto, para centrarse más en el “mercachifleo”. De ésto tocará escribir en la entrada de hoy.

En casa, debido a la afición de mi padre al ciclismo y de la mía al atletismo, solemos tener distintas publicaciones escritas relacionados con ambos deportes. Durante muchos números, la verdad es que resultaba interesante leer ya no lo relacionado con las pruebas, bien para aficionados al deporte correspondiente, o bien para profesionales, sino en temas de nutrición, entrenamiento, material… En resumidas cuentas, lugares a los que acudir con seguridad de que nos podríamos informar. Sin embargo, desde hace ya muchos números, el tema informativo en ciertos aspectos, no es es el adecuado. En concreto, si hablamos acerca del material, hay ciertas “lagunas”. Algo semejante sucede cuando hay que ponerse, por ejemplo, a estirar, o aparece un método de entrenamiento constatando ciertas fórmulas, y aparece otro diciendo todo lo contrario. En vez de unir términos, en ocasiones se contradicen unos con otros, resumiendo todo.

Podríamos comentar, por ejemplo, las pruebas de bicicletas. Lo primero que destaca, es el precio. ¿Por qué probar bicicletas de 8000, 9000, 10000 euros? ¿Por qué comentar las bondades (más abajo comentaré sobre este tema, que también trae tela) de unas bicicletas de un uso ya no competitivo, sino casi profesional? No sé si es que soy muy cerrado para algunas cosas, pero no comprendo el motivo por el cual en una revista especializada hay que centrarse en probar este tipo de máquinas sobre dos ruedas. Puede que haya un buen número de ciclistas que, efectivamente, compiten, pero hay otro gran número que son cicloturistas. Y aunque haya un gran número de personas que se dedican a colgarse un dorsal en el maillot y correr pruebas Master (recordemos que, otra de mis manías, solo considero competición a las carreras, las marchas cicloturistas deberían ser eso, marchas), estoy convencido de que no se dedican de una forma profesional a esto, sino que son deportistas que “matan” el gusanillo de las carreras en este tipo de eventos, pero que no se ganan un sueldo con esto, un parecido muy importante con los cicloturistas y una diferencia abismal de ambos con los ciclistas profesionales, que si lo hacen. Quiero decir con esto, a quien se dedica a esto con un sueldo, es su trabajo y es normal que lleven el material que llevan, pero, para el resto de mortales, creo que no es la mejor opción. Y ahí radica el error de probar estas bicicletas. Para mi, creo que sería mucho mejor abrir una revista y poder ver que los probadoras han tenido la opción de catar una bicicleta que, económicamente, es adecuada para el bolsillo de cualquier cicloturista, y que, para la gente que compite en Master, prueben material un poco más específico para el uso que se la va a dar, pero también teniendo en cuenta al aspecto económico, y que no hace falta llevar el tope de gama en ninguno de los dos casos, pues perfectamente con algo de gama media podemos sacar medias en competición de 35 km/h, porque, no nos olvidemos, necesitamos el material adecuado, por supuesto, pero también hay que entrenar adecuadamente al objetivo marcado.

Otra de las cosas llamativas dentro de las pruebas de bicicletas es el tema de los aspectos positivos y los negativos. Cuando leo una de estas pruebas, resulta que hay comentarios del tipo “es un bólido”, o “te ahorras tantos watios”. Y si seguimos leyendo, vemos que la bicicleta en cuestión no tiene nada negativo, todo es bueno, pero resulta que lees otra bicicleta de más o menos el mismo precio, y todo es igual. Ahora bien, nos encontramos con incongruencias del tipo de que, por ejemplo, unas ruedas en una bicicleta de 8000 euros son lo más de lo más, el máximo, unas ruedas rapidísimas, que te permiten rodar a no sé cuánta velocidad sin esfuerzo. Pero si ponemos las mismas ruedas en una bicicleta de 4000 euros, pasan a ser unas ruedas normales, unas más, de las del montón. Y no hablemos de si esas mismas ruedas acaban en 1000 0 1500 euros. No sé si a vosotros os pasará lo mismo, pero cuando yo me pongo a leer una prueba de una bicicleta, quiero tener información sobre todo, sea bueno o sea malo, y, además, lo quiero a un precio asequible, no por 10000 euros, y ahora mismo, encontrar esto es muy complicado. Aun tengo una revista de BTT guardada en casa, en la cual, se prueban tres bicicletas diferentes, una de 6400 euros y cuyo objetivo principal era la competición; otra por 7499 y una tercera por 799 euros, una BTT enfocada a un uso que podríamos catalogar de “normal” que, por cierto, he tenido la suerte de ver en “persona” en varias ocasiones, pues un compañero se la compró unos meses después de que saliera esta revista. Me gustaría que hubiera más pruebas como esta última máquina, y menos pruebas de bicicletas de 8000 euros o, al menos, que se hicieran como en esta revista, probar tres bicicletas y que, al menos, una de ellas fuera para apta para todo el público.

Si escribimos de atletismo, sucede algo similar a lo comentado hasta ahora con el mundillo del ciclismo. Podríamos escribir, por ejemplo, del tema de los estiramientos. Abrimos una revista, y nos encontramos con varios ejercicios para estirar, con una serie de recomendaciones. En un número nos dicen que éstos son unos estiramientos infalibles para evitar las lesiones, pero es que, dos números después, te encuentras con unos estiramientos completamente distintos, pero con lo mismo: “ejercicios infalibles para evitar las lesiones”, o “haz esto y olvídate por completo de los dolores”. Y tres o cuatro números después, lo mismo, pero con otros completamente distintos a los de los dos anteriores. Entonces, ¿a cuál de todos hacemos caso? Por otro lado, y siguiendo con los estiramientos, unas veces se dice que hay que entrenar antes, otras, que ni locos, que hay que hacerlo solo después, e incluso se ha estado diciendo que no hay que estirar ni antes, ni durante, ni después. Volvemos a la misma pregunta. ¿Qué hacemos? ¿Estiramos, no estiramos o lo hacemos “a medias”, por si las moscas? Otra de las cosas que no me acaban de gustar es las recomendaciones que, en algunas ocasiones, se dan en temas de entrenamientos. En algunas ocasiones algún artículo donde, por ejemplo, se habla de que se es posible pasar de estar participando en pruebas de cinco kilómetros a pruebas de media maratón, ¡sin apenas entrenar! Creo que artículos como el del ejemplo no benefician para nada en un momento en el cual estamos viendo cómo muchos “raners” se animan a participar en pruebas de larga distancia (medias maratones o maratones) sin el adecuado entrenamiento. Está muy bien que se escriba de estos temas, de hecho, me resulta muy interesante que se escriba acerca de entrenamientos, pero creo que hay que seleccionar los artículos. De las publicaciones que he leído, por suerte, este tipo de artículos no es demasiado común, y normalmente se suelen aportar cosillas bastante más lógicas que en lo comentado en el ejemplo, pero también hay artículos de este tipo.

Pues, en definitiva, y para cerrar al artículo, me gustaría ver que ésto cambia un poco, y que volvemos a saber cuáles son las cosas negativas que tiene el material deportivo, que vamos a poder conocer no solo el material de competición centrado en el deporte de élite, sino también en el que practicamos el resto de mortales, y que podamos encontrarnos con una información más centrada, por ejemplo, en esos estiramientos, y no ver cada poco un nuevo artículo en el que nos encontremos con cosas completamente diferentes que en el anterior que leímos sobre el mismo tema.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

No hay comentarios: